Hace 50 años que el ministro de Turismo (M. Fraga) ya lo dijo “Spain is different”;
corrían otros tiempos y el viejo inquilino del Pardo se había inventado
la democracia orgánica, la tecnocracia y la apertura del régimen. Hoy
medio siglo después seguimos siendo diferentes, tenemos la partidocracia
y el todo vale para estar en la silla. En Ponferrada en el día de la
mujer asistimos al esperpento que ni Valle-Ínclán con Almodóvar y
Berlanga juntos hubieran podido escribir. Y para no ser menos en el
universo foral tenemos nuestro “canleaks” o “dietascajaleaks”. Por menos
en Alemania han dimitido ministros (plagio de tesis doctoral) y el
presidente (supuesto ocultamiento de un préstamo hipotecario que habría
recibido en condiciones ventajosas).
Sra.
Barcina si pone un circo le crecen los enanos, primero su aliado en el
gobierno demuestra no saber estar, después tiene que cesar al consejero
que mejor lo estaba haciendo pero que había cometido irregularidades, en
su partido su exjefe le está moviendo la silla a costa de aumentar la
ya precaria, y posible mal llamada, estabilidad foral y poner a un
títere que no le lleve la contraria y para poner la guinda pese a su
condición de “navarridad” siempre lleva la lacra de haber nacido en
Burgos.
Que
una cosa sea legal no quiere decir que sea por lo menos amoral sino
inmoral o cuando menos poco ética. Que una práctica sea habitual durante
décadas, se asuma para complementar una retribución a una
responsabilidad inherente al cargo, lo haya hecho todo el mundo y todos
quieran participar hasta los que ahora lo airean para sacar tajada y
sentarse en el poder (ver las hemerotecas), no es justificación.
Reconozco
su sinceridad a la hora de admitir que el impacto social le proporcionó
el coraje para cambiar y me parece bien que los ciudadanos sepamos
cuanto pagamos a nuestros representantes que son nuestros asalariados
para que gestionen nuestro país, autonomía o municipio. Me importa poco
su patrimonio pero no así su incremento después de dejar la función
pública y si este es acorde con esa retribución durante ese tiempo, pues
ahí es donde verdaderamente debe radicar la transparencia.
Es cierto que no existen Junta de Entidades ni cobros en dietas de Caja Navarra, porque desgraciadamente ésta ya no existe.
Puedo
llegar a entender el cobro de las dietas (aunque, debo ser tonto, nunca
por el ejercicio de mi cargo me han pagado dietas por asistir a
reuniones que competían a mi puesto, lo más me han pagado los
desplazamientos y a veces y según en qué organizaciones hasta lo he
pagado de mi bolsillo y desde luego no esas cantidades pese a estar en
empresas punteras en su sector), pero no su multiplicación cual milagro
de panes y peces.
Aunque
todos y repito todos, bien pudieron no cobrar esas dietas que ahora
dicen elevadas, todos pudieron devolverlas en su momento o reducirlas a
cantidades más normales (en estos momentos acabo de ver que algunos las
están devolviendo). Esto me suena a la nueva versión de la película de
los relojes. Eso ya paso ahora alguien o muchos tendrán que dar más
pasos.
Me
preocupa que se hable de responsabilidad y resulta que esa no llega a
reflejarse en las actas como manifiestan varios de los asistentes a
dichas reuniones. Me abochorna, también, el oportunismo político de
algunos utilizando titulares en condicional, pues “si yo fuera r…, dubi
dubi dubidu”.Y ya no mencionó, pues lo mejor es la indiferencia, para
quienes quieren sacar tajada de esto cuando lloraban por entrar en
dichos órganos. Si malos parecen y son unos, peores son los otros, y
deplorables los últimos.
Lo
peligroso al hablar de responsabilidad es que cuando vienen mal dadas
hay que dar la cara y si es preciso llegar hasta el final, por perder un
partido de futbol al entrenador se le cesa, por hacer algo mal al
trabajador se le habré un expediente y se le despide, conozco casos
cercanos de responsables de un área en empresas que al no querer
participar o involucrarse en prácticas laborales posiblemente ilegales o
cuando menos que su conciencia les pedía no realizar, han sufrido
despidos improcedentes. Por lo tanto alguien (repito puede que muchos y
mejor todos) tendrá que asumir esa responsabilidad bien cobrada entonces
y pagar las consecuencias ahora.
Desde que el Rey nos dijo “Lo siento mucho. Me he equivocado. Y no volverá a ocurrir.”
Apareció la receta mágica. Pero hay instituciones que no dimiten, un
monarca abdica cuando la situación es favorable, un Papa renuncia cuando
su situación es de falta de fuerzas. Y ambos lo hacen para preservar y
consolidar la institución.
Nuestra
Democracia (nótese la mayúscula) necesita que se limpie, que se purgue
para evitar tirarla por la borda. Los ciudadanos estamos hartos de tanta
“mierda” (y perdón por la expresión) pero hay que evitar caer en
tentaciones bolivarianas o en dictadores provisionales romanos para
salir del mal.
La
pelota está en su tejado señores políticos, quizás debieran empezar a
regenerar verdaderamente sus partidos y por supuesto cambiar las leyes
electorales. Y desde luego empezar a trabajar por cambiar el futuro,
aunque esto suponga un sacrificio para todos ustedes por una vez. Los
ciudadanos siempre nos sacrificamos (releer la historia) y ahora desde
2008 y lo que nos queda pero comenzamos a estar cabreados y un pueblo
cabreado, históricamente suele acabar mal.
Los dibujos son de Oroz publicados en este mismo Diario.
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