A
modo de mantra las últimas semanas vienen apareciendo noticias sobre
las pensiones y la jubilación (despedida del Sr. Juncker, desafortunadas
declaraciones del ministro japonés, más declaraciones de Bruselas, ...)
con la intención de prepararnos para un nuevo cambio en el sistema, el
cual el gobierno ha anunciado, tras congelar el último decreto.
Parece
claro que tal y como está concebido no puede funcionar o eso es lo que
nos quieren meter en la cabeza con este mantra. Como aquí todo el mundo
puede opinar, y está de moda la innovación antes de hacer un cambio
viene bien pensar. El objetivo es que todos los
ciudadanos–contribuyentes tengan su pensión justa y que los no
contribuyentes reciban una ayuda para vivir dignamente, teniendo en
cuenta el principio de que todos aporten en función de sus posibilidades
y reciban en función de sus necesidades.
Por
ello lo menos malo sería que a lo hora de calcular la pensión de
jubilación se tuviera en cuenta toda la vida laboral del individuo. Hoy
en día se están empezando a dar casos de injusticia y que van a ir en
aumento, pues personas con 30 años o más cotizados se encuentran en la
cincuentena en el paro y sin posibilidades de acceder a un trabajo y
solo les cuentan los últimos 25 de cotización a partir de los 65 o 67
como lo quieren poner.
Otros
que se incorporaron más tarde al mercado laboral por estudiar y que
tuvieron puestos con altas cotizaciones pero que ahora se van al paro
con cuarenta y muchos y sus posibilidades de encontrar trabajo son las
mismas que las del grupo anterior. Es decir han cotizado para nada, pues
sus últimos 25 años van a ser una cadena de contratos cortos y
precarios con grandes periodos en el paro y alternados con los llamados
miniempleos para poder vivir.
Por
otro lado hay personas que con 8 años cotizados reciben la pensión
máxima (los diputados y senadores). Así está claro que el sistema no se
puede sostener. Debe ser para todos igual a la hora de contar.
Tampoco
nos podemos olvidar de los millones de hombres que sin comerlo ni
beberlo se incorporaron al mundo laboral 12 o 18 meses más tarde e
incluso perdieron su puesto de trabajo por realizar el servicio militar
obligatorio y de estos unos miles (bastantes) que cotizaron 6 meses y no
les aparece en su vida laboral, al realizar las llamadas milicias
universitarias. Todo esto también se debería tener en cuenta a la hora
de ver su historial laboral pues era un servicio obligatorio al país. Y
esos muchos meses de servicio militar debieran aparecer en sus vidas
laborales. Antes no importaba pero ahora sí, cuando se quiere subir el
tiempo de cotización necesario.
Puesto
que el sistema está basado en que los trabajadores de ahora pagan la
pensión de los jubilados y los trabajadores del futuro la de estos; no
estaría de más que aquellos que tiene hijos y aportan así trabajadores
para el futuro se les reconociera su esfuerzo y no digo nada a los de
familia numerosa que con los impuestos indirectos soportan mayor carga
fiscal pues hay gastos que no se pueden reducir.
Lo
que está claro es que no se puede decir que el sistema no aguanta y que
no se va a dejar realizar prejubilaciones y permitir que algunas
empresas prejubilen con 45 años como en Telefónica y 51 en las Cajas,
cuya nefasta gestión por parte de los políticos (con el visto bueno o
por lo menos beneplácito del Banco de España. Alguien debiera pagar este
desaguisado y no somos los contribuyentes) las han llevado a su
reconversión y fusión con excedentes de mano de obra relativamente
joven, en teoría cualificada y sin castigar físicamente. Y luego se
pretenda que haya obreros en cadenas de producción con altos ritmos de
trabajo hasta los 67 o más y soportando turnicidades y nocturnidades.
Es
obvio que el mundo laboral ha cambiado y deberemos adaptar el sistema.
Si antes los trabajos duros eran los de mineros y pescadores y tenían un
régimen especial, hoy en día hay colectivos que sufren en sus puestos
de trabajo y está demostrado clínicamente que los movimientos
repetitivos y sistemáticos con ritmos de producción altos a los que se
suman turnos rotativos y nocturnidades pasan factura y que no pueden
llegar a los 60, 65-67 ejerciendo ese función y pidiéndoles que sigan
alcanzando esas productividades. Por lo tanto a estos trabajadores se
les debiera aplicar unos factores de corrección a la hora de asignar una
edad de jubilación.
Ya
por dar más ideas en los convenios se debiera obligar a las empresas a
poner cláusulas de abrir planes de pensiones para los trabajadores donde
ambos (empresa y trabajador) puedan aportar, esto es una medida que
beneficia a la empresa al poder desgravar fiscalmente esa aportación. Y
así si quieren realizar prejubilaciones que las financien ellas y con
esas aportaciones.
Seguro
que se pueden dar más ideas y tenerlas en cuenta, antes de volver a
hacer otro petacho de decreto, que antes de ponerlo en práctica ya
estaremos remodelando. Seamos serios y hagamos por una vez las cosas
bien, aunque tardemos unos meses más. Y mientras que suene el mantra.
Nota: Publicado el 09-03-2013.
Te he visto y leido en el Diario.
SP
Ya te leí, muy bueno.
FC
Tienes toda la razón, muy bien escrito.
NV
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