martes, 12 de mayo de 2015

La “volata” electoral



¡Ya! ¡Por fin ya ha comenzado la campaña! Suspiran los que anhelan el cambio y sin embargo otros muchos piensan ¡ya falta menos para que acabe!. Cansados más bien hastiados de los políticos. La verdad es que ha comenzado un largo sprint final en donde vamos a ver muchos codazos y bandazos por situar los equipos a sus líderes en la mejor posición para cruzar la meta los primeros. Pero este año la “fotofinish” va a ser necesaria y al parecer inevitable protagonista, salvo que la “sondeocracia” que cotiza al alza en la City nos alcance con su rebote y nos sorprenda como a los habitantes de la pérfida Albión.

Los votantes ya sabemos que esperar de los llamados partidos tradicionales o de la “casta” según nomenclaturas. Conocemos los manejos de sus “barones” y de su capacidad de transformación, cambiando de caras para seguir como casi siempre, con él y tu más, contigo no me hablo y vosotros sois unos ladrones. Demostrando que no saben hacer su trabajo como en el caso de Andalucía y la disparidad de criterios entre el Estatuto y el Reglamento Interno del parlamento a lo hora de decidir cómo actuar ante la incapacidad de formar gobierno.

Por otro lado estamos expectantes ante los nuevos partidos, llamados de la cara (por conocer solo a sus líderes), emergentes o de aluvión. Hay que reconocerles su fuerza y el aire fresco que en un principio han traído. Sin embargo a muchos nos preocupa que sean más de lo mismo.

En este interés por ser los campeones de la “volata” estamos observando que con tal de colocar a su líder en cabeza, van dando bandazos de un lado para otro, igual les da ir de izquierda a derecha o viceversa.  En todo este trajín ya ha habido algún descolgado. Y como lo cortés no quita lo valiente, si hace unos días criticaba al sr. Monedero, hoy es el día que me descubro ante su honradez al dejar los cargos y criticar los vaivenes de su partido, algo a lo que no estamos acostumbrados por estas latitudes, en donde confundimos la lealtad con ser palmero y turiferario y creemos que no es compatible con la lucidez de la crítica.

Pero algunos corren el peligro de provocar una caída masiva a pocos metros de la ansiada meta. Y hacen declaraciones alambicadas dignas de un augur de la vieja Roma. Y donde dije digo ahora digo recoger lo mejor de los Fueros para renovarlos.

Me preocupa el afán por presumir de códigos de conducta. Los cuales se saltan admitiendo en sus filas a tránsfugas, reciente caso en el Parlamento Europeo. También me han contado el caso de quien con su mano derecha firmaba dicho compromiso y con la izquierda pedía la palabra para pedir el voto a sus compañeros, diciendo lo contrario de lo que acaba de firmar. Están apareciendo casos en distintas comunidades autónomas de personas que habiéndose presentado por un partido se han cambiado a caballo ganador a otro pese a esos códigos. O de dirigentes que hablan de paracaidismo y mochilas y parecen no saber lo que hay en su casa. Sin olvidar los casos de denuncias al Observatorio contra la corrupción.

Además en estas elecciones se puede dar lo que denominó “la paradoja del conocimiento del candidato”. Me explico al ser elecciones locales y sobre todo en comunidades pequeñas como la nuestra (600.000 habitantes) y ayuntamientos; en donde, como me decía un conocido, la teoría de los seis saltos se reduce a la mitad o menos y todos nos conocemos personalmente o por un primer contacto común. Es fácil que ocurra que alguien decida no votar a unas siglas, aunque sean las que más le convenzan, por el hecho de conocer al candidato y por tanto opte por otras próximas cuyo candidato le dé mayor fiabilidad y le merezca mayor respeto personal y/o profesional.

También se dé “la paradoja del voto dispar” que un votante vote a un partido diferente para el ayuntamiento y el parlamento autonómico en función del conocimiento personal de los candidatos o de lo que se puede llamar “fondo de armario”. Es decir que en las listas vaya un equipo solvente y no una cuadrilla de amigos y/o familiares que se repiten en ambas planchas (ayuntamiento de la capital y parlamento) pero en distinto orden. Y en donde parece que lo que prima es el llegar a un cargo.

Lo dicho este final de etapa y “Giro” se le puede atragantar a más de uno, e incluso lesionar para la siguiente prueba de otoño, la Vuelta a España, perdón las elecciones generales. En que estaré pensando si las bicicletas son para el verano.


Nota: Publicado en el Diario de Navarra con el título "Los códigos de conducta y su presunción".
 

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