Un año más estamos al comienzo de una nueva temporada del
“Panem et circenses”
moderno, con nada de pan y todo de circo. Como habrán adivinado me refiero al
futbol, para algunos el deporte Rey,
por lo menos en cuanto a seguimiento de personas bien practicándolo, bien
viéndolo y manejo de dinero.
Pero por deformación académica
y profesional me voy a cercar a este juego de caballeros jugado por villanos, que se convirtió en deporte para pasar posteriormente a la categoría de
espectáculo y por último en gran negocio (para unos pocos). Esencialmente es
esta última faceta la que más me llama la atención, pues su funcionamiento es
contrario a toda regla empresarial según los gurus de la gestión moderna.
Hoy en día es fundamental la
innovación y la aplicación de nuevas tecnologías, sin embargo éstas son muy lentas
en el futbol. Por ejemplo el cambio de reglas para hacerlo más espectáculo, se
tardó bastante en poner los tres puntos para primar al equipo que juegue al
ataque. Es más se permite el llamado antifutbol, continuas faltas en medio el
cambio que entorpecen el juego de los equipos llamados ”creativos”, pérdidas de
tiempo, exageración y teatralización de las faltas, y así un largo etcétera,
con la circunstancia tan humana que además el hincha o forofo del equipo que
las usa aplaude cuando gana y critica cuando va perdiendo, llegando al súmmun
con la aplicación del “catenaccio”,
con cuya aplicación se han llegado a ganar Copas de Europa de Naciones, a
principios de este siglo XXI, antes de la aparición del “tiki-taka”.
En el caso de la apuesta por
nuevas tecnologías la última gran innovación ha sido el espray para control de
las barreras, pero nada de usar el ojo de halcón o los monitores u otras modernas
aplicaciones para evitar las injusticias deportivas que continuamente se ven.
Eso si cada vez hay más árbitros y ven menos. Pero claro eso quizás evitaría el
elemento “despiste” que consiguen estas polémicas y que aturden a los
ciudadanos desfocalizándolos de los verdaderos problemas de nuestra sociedad.
Es curioso que en nuestra
sociedad moderna se hable de calidad y mejora continua continuamente y sin
embargo en el futbol brilla por su ausencia. Frente a ideas que se aplican en
Formula 1, Moto GP, e incluso en otras ligas (inglesa y alemana) o torneos internacionales,
en España es todo lo contrario. Cada año volvemos a repetir y caer en los mismos errores. No sé si se han
percatado, pero semana a semana vemos como los equipos (entrenadores y
futbolistas) preparan sus partidos y planifican sus temporadas. Por el
contrario cada nueva temporada nos encontramos con problemas de calendario, con
quejas hasta del seleccionador nacional, volvemos vivir el esperpento de no
saber cuándo y en dónde se jugará la Copa del Rey, con sus polémicas, y así
podemos seguir enumerando despropósitos organizativos y desencuentros
constantes entre Liga, Federación, representantes de los jugadores, sin olvidar
los problemas de sanciones y su aplicación, por no hablar de la falta de un
criterio ecuánime para las mismas. Las hemerotecas están plagadas de casos.
Por no hablar del poco cariño con el que se trata al
cliente, y especialmente al que se presume fiel (me refiero al abonado),
partidos a deshoras (salvo para el mercado televisivo de no sé sabe que países
exóticos), cambios de horarios, y precios exagerados para la calidad y
espectáculo que se dan en un país cuya economía, a pesar de los indicios de
mejora, está en pronóstico reservado. Y nada que ver si se comparan como ya he
citado con las ligas inglesa y alemana, luego nos sorprendemos de que allí con
una climatología bien adversa se llenen los estadios.
La tira de Oroz - 12 agosto 2015
La puntilla la pone la gestión económica de los equipos
de futbol, en 2014 los clubs o clubes debían a Hacienda (lo que es lo mismo a
todos los habitantes de este país) 465 millones de euros (se dice rápido) vamos
calderilla, este año ni lo he querido buscar para no indignarme si cabe aún
más. Algo increíble.
Por último añadir que fijándonos un poco podemos
identificar tres líneas estratégicas básicas de cara a conseguir los objetivos deportivos
de los equipos, tenemos la tradicional o “canterana” es decir apostar por la
cantera, la siguiente es la que podemos denominar “talonaria” es decir tirar de
talón o chequera y la última la que llamaremos “estilo Monchi” ya que llamarla
“director-deportiva” no es muy precisa ya que casi todos los equipos tienen
directores deportivos pero muy pocos son tan efectivos y eficaces como este
señor. Obviamente, como en todo, lo mejor es un buen equilibrio entre las tres.
Algo difícil de encontrar.
En cuanto a la estrategia para alcanzar los objetivos
económicos lo que nunca falla es no gastar más que lo que se ingresa. Algo que
parece que en este sector nadie o casi nadie sigue, ya que con apelar al “instinto
tribal” las distintas administraciones sea cual sea su signo político buscan
resquicios legales para ayudar a “salvar” al equipo de “nuestra tierra”.
Y ya lo decía el gran Vujadin Boškov con su mítica frase de “Futbol es futbol”, dando por sentado que es imposible de definir y
menos de entender.
Nota: Gracias a La tira de Oroz por utilizar sus viñetas.
Nota: Publicado en el Diario de Navarra el 24-08-2015.
¿Escribes en el Diario?, Sales con foto. No sabía que eras empresario.
PB
Eres empresario? Te han ascendido.
JP
?
VG
Muy bien Jesús, claro y conciso, esperemos no sea el último.
JA
No sabía que eras empresario.creo que lo has hecho para confundir al enemigo.
VE
Lo de empresario ha sido una errata, ya he avisado al Diario. Pero ya veo el cachondeo que os traéis casi todos.
JB
Lo dices muy claro y es verdad pero todo ya lo sabía.
AGF
Lo dices muy claro y es verdad pero todo ya lo sabía.
AGF
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