lunes, 6 de febrero de 2017

Febrero Loco



Febrero es el mes más corto del año, suele ser el más frío y se le conoce por el “loco”. Y este año además viene caliente en cuanto al termómetro político congresual. Tres de los principales partidos nacionales celebran sus congresos.

El primer fin de semana tenemos lo que podemos llamar la puesta de largo de Ciudadanos, en sus aspiraciones a gobernar. Las últimas encuestas le auguran un crecimiento, hasta los 47 escaños pero se estanca en 10 comunidades, y no tiene representación en Galicia, País Vasco, Navarra y Canarias, la explicación de los expertos es por la ley electoral y lo atribuyen a que su escaño es el que sale más caro. De todas formas y a pesar de tener una valoración muy alta, no convence a los jubilados y los mayores de 46, ni tampoco a los parados y personas con sólo estudios de primaria o sin estudios.

Pero no todo es una balsa de aceite en la formación naranja, hay bastantes incoherencias entre lo que propone y lo que realiza a nivel interno (Albert Rivera propone una ley electoral con listas abiertas y desbloqueadas, así como ser una exigencia al resto de partidos, y ha impuesto listas cerradas, conocidas como 'listas plancha' para la elección de la nueva ejecutiva), y ya han surgido voces pidiendo TranC'sparencia a la vez que algunos fundadores del movimiento ciudadano se han mostrado críticos por la deriva que la dirección está tomando. De hecho en el congreso se han presentado a siete enmiendas a la totalidad -tres a los Estatutos, dos a Estrategia y otras dos a Valores, que pretenden recuperar los documentos fundacionales, mantener la socialdemocracia como influencia ideológica, recuperar la definición antinacionalista y la no prohibición de corrientes de opinión internas. Y mientras otro sector prefiere que entre a formar parte del gobierno del PP. Las ansias por tocar poder pueden ser la perdición de esta formación que tiene muchos vicios adquiridos de las que pretende derrocar. Y es que quien anda despacio llega más lejos.

Pero el plato fuerte viene el segundo fin de semana. De un lado el congreso del PP, que tal y como se está planteando será el de la ocasión perdida para la regeneración de esta formación política y que con el tiempo se lamenten por ello. Todo parece indicar que sea un culto a la “gallegidad” del líder, a esa impostura de no saber si sube, baja o está de espera en el descansillo como dice el tango “fumando espero,,,y mientras fumo mi vida  no consumo” . Hay tímidos intentos el de Cifuentes se ha quedado en la posibilidad de celebrar congresos regionales/provinciales asamblearios, el de Feijoo a favor de la regulación de la gestación subrogada y la custodia compartida, así como su defensa de sacar adelante la reforma de la financiación autonómica incluso en el caso de que una comunidad, “no quiera participar” pues entiende que “no es un debate identitario”.

Pero la salsa está en Podemos con su contraprogramación con el PP y su Vistalegre II, aunque no deben saber que segundas partes nunca fueron buenas. Al principio el enfrentamiento entre los dos ideólogos del conglomerado que es la formación morada, me pareció otra argucia mediática para que se hablara de ellos pues el devenir de los días los alejaba de las cabeceras y titulares mediáticos. Sin embargo con el paso del tiempo ha tomado un cariz de lucha fratricida como las que hace un siglo mantuvieron los mencheviques con los bolcheviques, o los anteriores revolucionarios enfrentamientos de jacobinos y girondinos, que tanta sangre derramaron, ambos.

Lo que en principio el sector errejonista planteaba como un debate de ideas y estrategias a seguir, así como mecanismos de control para evitar el acaparamiento de poder, el señor Iglesias se lo tomó como una cuestión de liderazgo, y sacando su lado más oscuro, lanzando un órdago o yo o me voy, cuan niño mimado, para posteriormente mostrar su leninismo más completo e incitar a sus seguidores, Monedero a la cabeza, a una caza de brujas y desprestigio del que dice ser su amigo y mejor alumno, pero como al hada madrina de Blancanieves le corroe la envidia. En una penúltima jugada Iglesias, se nos disfraza de flautista de Hamelín y propone que a los 14 años se pueda tener voz y voto en Podemos, de esta manera tras infantilizar la política pretende politizar la infancia. Y ha logrado que Bescansas de un portazo.

No parece que esto vaya acabar bien. Y más cuando se anteponen los personalismos tan comunes en nuestras formaciones políticas y que tarde o temprano terminan por convertirlas en caricaturas de sí mismas o sucumbir en el intento. Ejemplos tenemos para todos los gustos, UCD, CDS, UpyD, CDN, AA, PCE,…hasta las actuales que si no se reconvierten acabaran como todas estas.

Y sobre el PSOE tendremos toda la primavera para hablar de ellos.


Nota: Publicado en Navarra información el 06-02-2017.



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