lunes, 6 de marzo de 2017

Calentando motores



Estamos en esa época del año en donde la serpiente multicolor comienza a recorrer las carreteras y seguimos a los Valverde, Contador, Quintana y Froome. Mientras en los circuitos las motos y los bólidos afinan su puesta a punto, huele a neumáticos y combustible quemado y nos preguntamos si este año, por fin, Alonso podrá hacer algo, y hablamos con los amigos si Márquez, Rossi, Pedrosa, Lorenzo o Viñales se llevaran el mundial.

En las dehesas los ganaderos realizan las tientas, estudian sus “quinqueños” para cuadrar los lotes y ofrecérselos a los empresarios y estos negocian con los apoderados los carteles de la temporada taurina. Los maestros se ejercitan con toreo de salón y capeas cerradas en donde practicar. Y no pueden faltar los colectivos antitaurinos calentando el ambiente.

Dentro de este conglomerado antitaurino podemos distinguir varios subgrupos o “mareas”, los antiaurinos en sentido estricto (no les gustan los toros), los animalistas (no quieren ningún maltrato animal), una variante de estos son los ecologistas             (que no saben que el toro de lidia es una raza que se habría extinguido sin las corridas), los antiespañolistas (odian todo lo español y confunden las corridas con la españolidad, además son ignorantes pues el culto al toro viene desde la antigüedad cuando aún no existían los estados, ni las naciones), los antisistema (se apuntan a todo aquello que pueda hacer ruido para sacar tajada) y los despistados (aquellos que se dejan llevar). Pero todos tienen en común el eliminar los espectáculos taurinos en general.

No distinguen, confunden y meten en el mismo saco las corridas con otros espectáculos, algunos de los cuales son tradiciones y otros han ido degenerando por masificación e ignorancia, y hasta a los mismos taurinos les desagradan y repudian. También meten en el mismo saco los toros, y sus variantes, con otras costumbres algo más primitivas como el despeñe de una cabra o el coger patos por sus cabezas, etc..

Sobre las tradiciones y costumbres los foráneos nada tienen que decir, pues en cada localidad tenemos las nuestras y forman parte de nuestro acervo. En eso en Pamplona lo tenemos bastante claro con el Encierro. A unos les gusta, a otros no, pero sabemos sus normas y nos gustan que se sigan. Lo único que podemos hacer es darlas a conocer para que se respeten y sancionar a todos aquellos que no las cumplan, que cada vez son más.

En cuanto a las corridas, para unos es un espectáculo, para otros tradición y para otros arte y/o una mezcla de todas. Como espectáculo cada cual es muy libre de asistir. A mucha gente no les gusta la ópera o el futbol y no por ello hacen beligerantes campañas antifutbol o antiópera. Como tradición lo dicho anteriormente, en Nueva Guinea se comen los insectos y se tiran de torres de juncos en un ancestral “puenting”, no voy a impedírselo, ni soy quien para prohibírselo. En cuanto al arte, es un concepto muy subjetivo. Hablaba hace unos años con un director de cine y coincidíamos en que el arte es algo (una manifestación, expresión o representación pictórica, musical, visual, escrita, oral, etc.) que brota del interior de alguien y que basta que emocione a otro para que se entienda como tal. Por ello hay cine espectáculo o de entretenimiento y cine arte.

De ahí que unos toreros transmitan más que otros y que unos sean técnicamente muy buenos pero no conecten con el público y otros al contrario. El verdadero maestro, en cualquier faceta, es aquel que domina la técnica y además logra hacer vibrar al otro. Y esto último es subjetivo, aunque obviamente se puede aprender y cultivar. Y desde luego respetar, al margen de que guste o no.

Pero los antitaurinos son activistas, en general bastante provocadores y muchos de ellos llegan a la beligerancia, de tal manera que este año es muy posible    y que volvamos a asistir al linchamiento de menores de edad gravemente enfermos que son perseguidos porque les gustan las corridas. O insultar y perseguir socialmente a familiares de toreros muertos ejerciendo su trabajo y vilipendiar al difunto, y cosas por el estilo, de bastante mal gusto y falta de educación.

Recientemente en prensa se han publicado cartas, llamando a la actuación. Deseamos que estas actuaciones no sean violentas, ni irrespetuosas; que para eso ya tenemos la manifestación presanferminera seminudista y aromatizada en cerveza y bebidas más fuertes y que dentro de poco algún concejal con ganas de llamar la atención la propondrá como hito en el programa de fiestas, antes que el Estruendo y tras suprimir el Riau-Riau.

Mientras los aficionados pacientemente esperando a renovar nuestro abono.


Nota: Publicado en Navarra información el 06-03-2017.



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