viernes, 2 de mayo de 2014

Pero ¿Qué celebramos?

Esta semana hemos “celebrado” (es un decir) el día de la Salud Laboral y el día del Trabajo. Dicen que el humor es sano y que reírse es bueno. Estas celebraciones bien podrían ser motivo de hilaridad si la situación no fuera trágica y tras las abrumadoras estadísticas no se ocultasen dramáticas situaciones personales y familiares.

Comenzando por el día de la Salud Laboral (28 de Abril) es cierto que se ha hecho mucho (gracias a la presión mediática y a la mayor conciencia de la sociedad en general y de los trabajadores -la parte afectada- en concreto) empezando por el cambio de nombre de la antigua “seguridad e higiene en el trabajo” al actual salud laboral, lo que implica una visión global e integradora. Este progreso conseguido en realidad y desde mi humilde opinión ha sido simplemente por la búsqueda de un beneficio económico o mejor expresado de un ahorro de costes por parte de las instituciones y no tanto porque las empresas y la administración pensaran en la persona por delante de los euros. Por ello desgraciadamente queda mucho por mejorar. La aparición de las mutuas, tal y como están hoy en día, ha creado numerosos puestos de trabajo y mejorado la gestión y control pero debido a que estas son contratadas por las empresas se da una relación que podríamos denominar incestuosa. Pues es sabido que las mascotas no muerden la mano de quien las alimenta. Y en gran parte de los casos no se recupera plenamente al trabajador lesionado sino que se le parchea para que siga cumpliendo los objetivos productivos, prescribiéndole antiinflamatorios y tranquilizantes musculares para disminuir el dolor. Hay muchos trabajadores que acuden a fisioterapeutas de manera particular para que les ayude en su recuperación y les indique como prevenir futuras lesiones. Además estas situaciones se están aumentando debido a que los especialistas de Métodos y Tiempos deben saturar las cargas para aumentar la productividad y por ende la competitividad.

Debido a mi bagaje laboral he podido conocer numerosas empresas grandes y pequeñas de tres continentes. Y observar que hace casi 20 años en países que llamábamos subdesarrollados, y que hoy en día económicamente nos están adelantando, se formaba a los trabajadores en ejercicios de calentamiento y relajación en sus puestos de trabajo y en su jornada laboral. Es sorprendente que aquí el comentario de estas prácticas caiga en saco roto en conocidas y prestigiosas, incluso algunas multinacionales, empresas de nuestra comunidad; algunas de las cuales presumen de numerosas horas de formación en sus memorias de calidad.

Hemos de cambiar el chip y en vez de ser reactivo pasarnos al proactivos y trabajar y sembrar en el prevenir. Económicamente a largo plazo cuesta menos una formación en ejercicios de calentamiento y relajación que los costes por bajas o por bajo rendimiento, amén de que el trabajador se sentirá más considerado como persona (lo cual redundará en un mejor ambiente y posiblemente en mayor productividad) y no como un elemento productivo que se conecta al arrancar la jornada y se apaga al oír la sirena, como las máquinas. También es cierto que hay un % de manzanas podridas que son expertos en el arte del escaqueo y que habría que facilitar su salida de la organización antes de que su mal ejemplo perjudique al equipo.

Otro tema que debiera preocuparnos es la aceptación y asunción del hecho de que una de cada tres personas sufra episodios de estrés, depresión, ansiedad y/o pánico en el ámbito laboral y que en determinados puestos estos episodios se den como algo natural a lo largo de la vida laboral de uno. Especialmente me llama la atención la “normalidad” con lo que lo asumen compañeros una generación laboral más jóvenes que la mía e incluso por gran parte de la sociedad. Y aquí nada o muy poco se está haciendo y esto también es salud laboral. Por desgracia conozco varios casos cercanos e incluso alguna organización en la que muchos de sus mandos han sufrido algún episodio de estos fruto de un estilo de dirección que se creía en desuso pero que hablando con profesionales de diferentes sectores parece que está nuevamente aflorando y con más virulencia no solo en directivos de la llamada “vieja escuela” si no también curiosamente en ejecutivos “jóvenes” o de “nuevo cuño”.

Por lo tanto queda mucho por hacer y no vayamos a hacer buena una pintada que recuerdo de mi adolescencia “Si el trabajo es salud que trabajen los enfermos”.

Nota: Artículo muy largo que su primera parte (esta) es publicado por el Diario de Navarra el 09-05-2014. El resto lo podeís ver en 1º de Mayo día del ¿    ?.






Como dices es larguísimo y hace muchos años decidimos no hacer artículos por capítulos así que o haces dos independientes o lo reduces a las 800 palabras que tenemos fijado en la sección de Opinión.

LC 

Dile a tu marido que deje la cadena y se dedique a escribir en el diario.
GC

Ya te he leído esta mañana. Algún compañero ya te dirá algo por meterte con las manzanas podridas.
JPU 

Hola, tu eres el que escribes, te suelo leer. Lo haces muy bien. Me ha gustado este último, tienes mucha razón.
Compañera de VW

Me ha gustado mucho. Se lo lleva a CC (delegado sindical de CGT de VW).
A

Publican un artículo a nuestro compañero Jesús Bodegas sobre salud laboral.
Tweet de Solasbide-Pax Romana


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